sábado, 5 de mayo de 2012

Andonavegovuelo


(Breve historia de caminos mares y cielos)



Escribo y sueño, sin puntos ni comas, sin obediencia debida y sin punto final.

Soy de un tiempo verde y nuevo, me siento de Buenos Aires y del mundo.

Soy de aquella generación de San Telmo, de Vietnam y del Viet –Tango,

Soy de aquellos que marchaban al son de “Yankees go home”( cuando la Sexta Flota anclaba en Mar del Plata para efectuar maniobras conjuntas y solidarias).

Soy del huracán sobre el azúcar, aquel viento caribe que llegó a mi esquina.

Soy de ese tiempo- Rey de corazones- que aún vive y busca volar de nuevo,

Soy de aquellos que cantaban” la poesía es un arma cargada de futuro”.

Fui de una película donde estábamos vos y yo, él y ella y tantos otros,

con Joan Manuel y Comisaría Octava, con Sui Generis y militantes,

con militares de cabezas vacías y jugo de tomate frío en las venas.



Subido a una balsa, recorrí Corrientes, y algún parque y algún amor.

Soy de aquella generación que resistió y sobrevivió.

¿Te acordás que frío? ¿Te acordás de aquel Buenos Aires frío- desaparecido?

¿Se acuerdan de Alfredo y María y del hijo que dieron a luz en Devoto?

¿Quién se olvidó de los que arrasaron una generación?

Fue en el nombre de la Patria, el Himno Nacional, el General Cinco Estrellas,

la Tradición, el Orden, la Reorganización Nacional, la Propiedad, el celeste imperio, la tecnología de punta, el freezer cinco estrellas, la recaudación impositiva

y los valores perdurables de Occidente y el Ser Nacional.



 Y pasó el tiempo….

En este café de Buenos Aires, hoy recuerdo con vos. y mi voz no se queda en el ayer.

Sé que aún así, con idas y vueltas, con los vientos del vivir, y desde entonces,

continuó la vida y retornaron las primaveras ineludibles,

y florecieron los jazmines del país,

tenaces como la vida, como tu cuerpo, como el amor.

Y el submarino amarillo siguió navegando,

y una voz aún dice” Todo lo que necesitas es amor”.

y Joan Manuel sigue cantando “¡Ay, si yo pudiera unirme a un vuelo de palomas”



Por eso, entre lluvias, primaveras y esquinas, escribo y sueño,

Hago un brindis sin puntos ni comas, sin frígidos ni frígidas ,

y me salen cataratas de palabras inconexas o conexas:

abrazo - Cuba- libertad-sos mi amiga- sos mi amor-

no  te falles- no te rindas- no te borres de vos.

Y sueño con calabozos vacíos y corazones poblados de amor

y con una Buenos Aires verde y azul, blanca y negra de palomas,

palomas de la calle Bolívar y más allá el Sur.

Porque yo soy de un tiempo de utopías, soy utópico,

padezco de un síndrome caracterizado por la creencia persistente

en el amor, el abrazo y otras cosas disolventes y ajenas a nuestro Ser Nacional,

a nuestro estilo de vida y a los valores eternos de la Patria,

que se forjaron en las gestas heroicas de Chacabuco, Maipú y la ESMA.

Padezco de utopías (y dicen, afortunadamente, que son incurables),

Porque aquí o allá, en Buenos Aires y en otros rincones lejanos,

encontré siempre- o a veces inventé- una puerta verde, como aquella de la infancia,

una ventana siempre abierta, iluminada,

una ventana que siempre espera ver la poesía,

es decir el encuentro de las almas y los cuerpos,

el recorrido por el túnel verde que va hacia la primavera.



Por esas y por muchas razones más, escribo y sueño, resisto e insisto,

porque sé que toda vida verdadera es encuentro.

En Buenos Aires, entre Corrientes y mi corazón, aún navegan

un rostro de mujer, una tarde celeste y rosada,

un submarino amarillo y aquella balsa de la canción,

aquella que se va desde el hoy hacia el mañana…



                                        Jorge Nieto

jueves, 9 de febrero de 2012

La estatua de "El Negro"


La estatua de Olmedo y Portales que está en Uruguay y Corrientes fue salvajemente atacada; hecho por demás repudiable.
 
Alguien comentó lo sucedido en la red social Facebook y fue mucha la gente que se expresó sobre el tema.
 
Lo llamativo es que para varios de los opinantes, el caso (desde lo criminal o correccional, según correponda) ya está resuelto: fueron "los negros de mierda".
 
También conocidos como: los beneficiarios de los "excesos de la democracia", los protegidos de un gobierno que alienta "la barbarie y la vagancia"; y hay uno de los participantes que hasta se permitió precisar datos filiatorios de los condenados; dijo que eran: "hijos de borrachos y prostitutas", y también se habló del daño a nuestro "patrimonio cultural".
En fin... lo cierto es que (para ciertos presupuestos intelectuales) los culpables de haber dañado la estatua de "El Negro", son los negros. Y entiéndase por "negros (o "cabecitas negras") a la descendencia de lo que Sarmiento calificaba como "bárbaros", "chusma", etc. y que en buen porteño se puede definir como atorrantes. 
O sea que los "atorrantes" se han esmerado en dañar la imagen de quien fue -quizá- el emblema de la "atorrantidad", y que valga el neologismo. Pero esto no termina aquí: la sarta de conceptos racistas, clasistas y gorilas siguió, al parecer sin solución de continuidad. Para esta gente que habla de "educación", "cultura" y "valores" hay personas naturales sospechosas de conductas dañinas, lo que -contrarius sensus- parece significar que hay personas naturalmente "ajenas a toda sospecha".
Digamos, por ejemplo, que si un grupo de rugbiers, todos de buenas familias, golpean a un pibe hasta dejarlo al borde de la muerte, puede ser considerado "una travesura"; si un grupete de la barra de Laferrere o del Doque rompe una vidriera, es muesta de su brutalidad extrema.
Bien, ironías aparte, yo no comparto este modelo de pensamiento y ofrezco aquí una breve argumentación ya que no pude incluir este escrito en ese enlace, seguramente por problemas técnicos. Aquí va:
Los “negros” no esclavizaron a otros seres humanos, no crearon la Inquisición, ni el nazismo. Tampoco fueron “negros” ni Churchill, ni Hitler, ni Mussolini, ni Mac Carthy, ni Stalin. Tampoco lo era el que ordenó lanzar bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaky.
 
No era “negro” el General De Gaulle que asesinó por millares a indochinos y argelinos, y ni hablar del blanquísimo (y generalísimo) Francisco Franco que se cargó, entre varias decenas de mil, al morocho (por andaluz, claro está) de García Lorca. Cierto es que éste, además de morocho, era poeta y maricón; cosa que hace culpable a cualquiera de aquello que le imputen las gentes de bien.
 
Bastante morochazos, por judíos de pura cepa, y en algunos casos andrajosos, “malentretenidos” y bebedores, dicen que eran Jesúcristo y sus mejores alumnos. También lo eran nuestro San Martín, Benito Juárez, Mahatma Gandhi, Malcolm X y el Dr. Martin Luther King.
 
A propósito de Jesús y esa concepción valorativa de la blancura de seguro vale citarlo a Nuestro Señor cuando dijo:
 
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad”. (Mateo 23: 27, 28)
 
Por estos lares, y pese a la mala fama que les endilgaron los Mitre, los Sarmiento, los Roca (y siguen las firmas), no fueron los “negros” ni los “cabecitas negras” los que perpetraron el genocidio del pueblo paraguayo, ni los crímenes de la Patagonia Rebelde, ni los de la Semana Trágica. Tampoco fueron “negros” ni “cabecitas negras” los que cobardemente bombardearon la Plaza de Mayo desarmada, los que fusilaron (con la bendición de una “Junta Consultiva” compuesta por blancos) a contramano de cualquier principio doctrinal de derecho en Lanús, en la Penitenciaría de la Avenida La Heras, en Campo de Mayo y en los basurales de José León Suárez. Tampoco los que masacraron a los presos de Trelew y poco después se cargaron a nuestros treinta mil; a los que además torturaron, violaron, desaparecieron y hasta se apropiaron de sus niños.
 
No fue un “negro”, ni un “cabecita negra”, ni un subsidiado por el “kirchnerismo” el que se rindió, sin disparar un tiro en las Georgias cuando no le había temblado la mano para balear a una jovencita por la espalda.
Claro que, pese a esta catarata de datos históricos no podríamos concluir en que los blancos son (mejor dicho: somos) todos malos, porque estaríamos cometiendo un error de la misma famila que el que acabamos de criticar. Tampoco podemos asegurar que todos los "negros" son buenos. Si para muestra basta un botón, con Barack Obama (Premio Nobel de La Paz que va por el Guinnes de las guerras libradas al mismo tiempo) y la inefable Condolezza Rice, tenemos dos, y de los cuatro agujeros. 
 
Aún así me pregunto: ¿No será hora de empezar a sospechar de algunos blancos?
 
Es más: ¿No habrá sido algún “blanco de mierda” el que rompió la estatua de “El Negro” Olmedo?  

Fernando Musante

viernes, 3 de febrero de 2012

Mesa Ejecutiva de la Agrupación Convicciones

   MESA EJECUTIVA


Osvaldo “Nacho” AVELLUTO          Secretario General

Néstor ORLANDO                              Secretario Adjunto

Adrián ANDREATTA                        Secretario Político

Jorge NIETO                                        Secretario de Formación

Pablo MARTINEZ SAMECK             Director de la Escuela de
                                                               Formación de Cuadros

Roberto FLORENTIN                         Secretario Administrativo

Fernando MUSANTE                         Secretario de Cultura

sábado, 19 de noviembre de 2011

25 de Mayo 1973 - 10 Diciembre 2011 (Había una vez un tiempo de utopías... que hoy regresa)

                                    Hay que ir acostumbrándose de a poco:
                                             la  jornada es tan plena, tan bien fundada,
                                             que  nadie se atreve a partirla en dos.
                             Las cábalas se ocultan tras las columnas y los arbolitos,
                                          los pésames se van chapoteando entre nubes…
                                                                  
Mario Benedetti 
“Buenos y mejores aires”, de “Letras de emergencia”

                                            Cuando se miran de frente
                                             los vertiginosos ojos claros de la muerte,
                                             se dicen las verdades,
                                             las bárbaras, terribles, amorosas crueldades…

                                                            Gabriel Celaya
La poesía es un arma cargada de futuro”, de “Poesía urgente”

Pasaron algo más de 38 años desde aquel 25 de Mayo de 1973 en que Héctor Cámpora asumió la presidencia de la Nación. Una querida Agrupación juvenil, “La Cámpora”, rinde hoy homenaje a su recuerdo.  

En el camino quedaron compañeros que ya no volverán. Pero otros miles, millones, se acercan y se suman  a la caravana de los que siempre anhelaron un país mejor. Recuerdo a un pibe que le preguntaba a su madre: “Mamá, ¿qué es un compañero?. “No sé”, contestó ella asombrada. “Yo sé lo que es” -respondió el pibe con un aire triunfal- “un compañero es el que te acompaña”. ¿Qué habrá sido de aquel chico de los años ’70, de su cálida y precisa definición? ¡Cuánta historia corrió por las calles de la Patria desde aquellos años!

Hoy veo pasar por la Avenida de Mayo las columnas de la Gloriosa J.P. con sus banderas y sus cánticos, con  los bombos y con la emoción del encuentro .Y junto a ellas, muchas otras columnas, con compañeros y compañeras de ayer y de hoy, de todas las procedencias. Banderas  donde los rostros de Evita y de Juan Perón se encuentran en el aire de Buenos Aires con la mirada profunda de Ernesto Guevara. Tiendo un puente entre aquel 25 de Mayo y este presente.  Es un puente que se apoya en el corazón, en las ideas, en la emoción. Pero a través de ese puente no  viaja la nostalgia, ese “regreso del dolor”, del que hablaban los griegos. Por ese puente cruza, empecinada, la esperanza. Y esa esperanza no consiste únicamente en la instalación y profundización de un modelo que reconoce sus orígenes en las banderas históricas del Peronismo. Es, además, un modo de concebir la justicia, la solidaridad; el derecho de todos a vivir una vida digna, una apuesta a recuperar la ilusión para nosotros y  nuestros hijos.

Entre tanto, ajenas a la historia y a mis pensamientos, las palomas de Buenos  Aires cruzan el cielo de la Avenida y se vuelan hacia el Sur. Veo pasar las columnas y me pregunto: ¿Qué hago yo mirando desde lejos? Entonces me acerco y marcho con todos rumbo a la Plaza. Desde algún lugar del corazón  llegan los cánticos de aquel 25 de Mayo de 1973. Pero hoy nosotros vamos hacia el 10 de diciembre del 2011 y aún seguimos cantando.

Que resuenen los bombos, que los cuerpos vibren, que el abrazo se quede para siempre. Porque hoy  la esperanza nos abraza a todos .Por el aire de Buenos Aires las columnas elevan su voz de futuro.          
 
   Jorge Nieto      

sábado, 12 de noviembre de 2011

Tensiones y perspectivas de un discurso trascendente

Reproducimos éste artículo de opinión de Edgardo Mocca para la Revista Debate y que también fuera publicado en el blog Café Umbrales, por considerarlo un aporte al debate y la reflexión sobre los caminos que deberemos transitar en la consolidación del Modelo en el orden nacional, pero sin descuidar de comprender y dimensionar la diversidad de corrientes que pueblan el orden internacional.

Ante un grupo de empresarios de los países del G20, Cristina Kirchner pronunció un discurso que merecería traspasar los límites analíticos que impone el vértigo mediático, siempre sujetado a la anécdota y a la superficialidad. Dijo la presidente que su propuesta es “volver a un capitalismo en serio” y salir de este “anarcocapitalismo” financiero total donde nadie controla nada”. Dedujo de la crítica situación que atraviesa la mayoría de los países más desarrollados la existencia de una grave amenaza para el régimen democrático, según comprueba la trágica experiencia europea de los años posteriores a la crisis de la década del treinta del siglo pasado.

La rueda del capitalismo, sostuvo, funciona sobre la base del consumo, y su restricción sistemática por medio de la política de ajustes lleva a la profundización de la crisis.

Hay un ancho campo de debate abierto por este discurso. Lo primero que cabe resaltar es que la presidente explora, y no por primera vez, un género discursivo igualmente alternativo al elogio triunfal de la libertad de los mercados propio del neoliberalismo, y al lamento romántico por un socialismo que no fue. Se sitúa “del lado del capitalismo”. Como diría Engels, algo así como la defensa del capitalismo contra las prácticas de los capitalistas. No puede dejar de señalarse la tensión entre el mensaje presidencial y una parte del vasto arco de sus apoyos políticos y sociales que sustenta el respaldo a su gestión en la exploración de vías de desarrollo no capitalistas y anticapitalistas.

Desde un punto de vista teórico-crítico, existe más de un reparo que puede plantearse a esta posición desde la que se enuncia. La expresión “anarcocapitalismo”, más o menos recientemente retomada en términos laudatorios por un grupo de ideólogos ultraneoliberales, tiene, sin embargo, raíces en la teoría de Karl Marx. Fue este pensador quien intuyó en lo que llamó la anarquía de la producción social en el capitalismo, el embrión de los impulsos autodestructivos de este sistema. Anarquía de la producción significa que mientras los empresarios individuales calculan y planifican su producción y sus negocios, a escala social resulta imposible una análoga planificación porque se opondría al objetivo central de la producción capitalista, que no es otra que la máxima ganancia. Es en esa contradicción que se alberga la siempre latente posibilidad de una “crisis de sobreproducción” que consiste en la presencia en el mercado cantidades ingentes de mercancías que no pueden realizarse por la incapacidad de grandes masas de personas para adquirirlas. El capital financiero es un hijo inevitable de esta contradicción. Su actual hegemonía no solamente económica sino también política y cultural significa un grado no conocido de emancipación de una mercancía llamada dinero respecto de cualquier referencia productiva. La financiarización progresiva de la economía capitalista es el predominio de la forma trasnacional, especulativa, desterritorializada, mediática y endogámica del capital. Desde esta perspectiva cabe interrogarse sobre el sentido de una impugnación a la financiarización de la economía y de la sociedad, sin extender el cuestionamiento al propio sistema del que ha surgido (¿necesariamente?) el fenómeno.

Ahora bien, el Grupo de los 20 no se reúne para discutir si el mundo sigue siendo capitalista o deja de serlo. Es la reunión de los líderes de un puñado de países influyentes en el mundo, cuya tarea podría enunciarse como la de encontrar una forma de articulación, siempre tensa y contradictoria, entre el funcionamiento de la economía capitalista y la subsistencia de regímenes históricamente llamados “democrático-liberales”. Dicho de otro modo, la vieja cuestión del compromiso entre una sociedad que proclama constitucionalmente la igualdad entre sus ciudadanos y la sistemática creación de desigualdades sociales propia del capitalismo. Si esa fuera efectivamente la tarea del G20, habría que decir que en estos tres años transcurridos desde las primeras manifestaciones de la crisis mundial no la ha cumplido cabalmente. Ni los indicadores de la actividad económica han mejorado, ni la creciente indignación social se ha frenado, ni los oscuros nubarrones para la política democrática han sido despejados. Ayer cayó el gobierno de Grecia, hoy se anuncia la caída del de Italia y nadie sabe cuál puede seguirlo en los próximos días. El socialista Rodríguez Zapatero tuvo que adelantar la convocatoria electoral en la que su partido carece de chance alguna. El conservador Sarkozy tiene, hoy, pocas expectativas de ser reelecto. Por ahora, la alternancia entre derechas que se comportan como derechas e izquierdas que se comportan como derechas resulta un contenedor relativo de la crisis política. Nadie está seguro de que esa situación se mantenga si los nuevos gobiernos no aciertan un cambio de rumbo frente a la crisis.

Se superpone, entonces, una legítima e interesante discusión filosófica sobre el futuro del mundo –no menos urgente, sino simplemente diferente- con una trama política que se mueve en temporalidades más breves. La discusión política concreta no enfrenta hoy a partidarios del capitalismo con sostenedores de un sistema alternativo. Los tiempos en que existían bloques de países enfrentados por la dupla capitalismo-socialismo sólo pueden merecer nuestra añoranza si borramos de nuestra memoria el ominoso final de la experiencia soviética, después de consumarse su deriva autoritaria y regresiva. Por otro lado nada se gana discutiendo en abstracto si la historia del capitalismo podría haber sido otra, sin el triunfo contundente de los magnates financieros consumado en la década del setenta del siglo pasado. Mucho menos sirve el “cuanto peor mejor”, producto de las peores regresiones infantiles de las izquierdas. Sería impulsar más desempleo, más superexplotación, más xenofobias y más guerras de agresión para que así, ¡finalmente!, se revele la esencia inhumana del capitalismo.

Por otra parte, el capitalismo hoy “realmente existente” no es el único que conoce la historia. Después de la crisis de los años 30 del siglo XX, surgió una contestación política que dio en llamarse “keynesianismo”, pero que no se limitó a las recetas del intervencionismo estatal elaboradas por el economista inglés, sino que sirvió de base a un nuevo paradigma sociopolítico. Fue el llamado “estado de bienestar” europeo, generalizado después de la guerra, que tuvo muchos puntos de contacto con el New Deal “populista”, de Roosevelt en Estados Unidos. Desde entonces hasta la crisis de la década del 70 la humanidad recorrió un itinerario que, sin merecer el exagerado nombre de “los treinta años gloriosos” con los que quedó en algunos libros de historia contemporánea, constituyó un intervalo interesante en el proceso de concentración de la riqueza que hoy ha llegado a registros estremecedores. Fue la época del compromiso de clase, de los acuerdos tripartitos entre Estado, sindicatos y empresarios. La época del seguro social, de las pensiones, de la expansión de los derechos laborales. En nuestro país fue la época de emergencia del primer peronismo cuya memoria popular sigue alimentando, seis décadas después, al principal movimiento político nacional.

Cristina Kirchner se interpeló a sí misma al recordar su militancia de los años setenta, cuando seguramente no luchaba por un “capitalismo serio”. La consigna no es en sí misma seductora. Como tampoco lo es la esperanza de un futuro en el que el consumo sea el motor central de la vida de los seres humanos. La pregunta, no filosófica sino política, podría ser qué estrategia nos acerca más y mejor a una sociedad sostenida sobre otros pilares espirituales. Por lo pronto, podríamos asegurar que una sociedad como la argentina, con mejores salarios, más inclusión jubilatoria y asignación universal por hijo, es decir con una estructura social de consumo más igualitaria es un camino más interesante en la búsqueda de un paradigma alternativo que la que conocimos en los años “dorados” de la convertibilidad monetaria, el desempleo masivo y el desamparo social generalizado. Nadie puede saber, en principio, si hay un capitalismo democrático o un capitalismo serio. Pero si esas consignas operan en la lucha política real de la actualidad en un sentido positivo, su uso debería liberarse de reparos doctrinarios.

Finalmente, es bueno discutir dónde está parada hoy la Argentina en el debate mundial. No está, claramente, en un lugar central, ni decisivo, ni hegemónico. Más modestamente podríamos decir que está donde tiene que estar. Al lado del Brasil de Roussef en el G20. Al lado de la Unasur en la construcción de instrumentos económicos defensivos contra la crisis y de estrategias coordinadas de desarrollo. Está junto a figuras prestigiosas de la academia como Joseph Stiglitz y Paul Krugman, entre otros, que se resisten a la complacencia intelectual con un rumbo económico desastroso para el mundo. Está junto a los nuevos movimientos sociales por otra globalización. Y, según se ha demostrado hace poco, donde está la mayoría de su pueblo, particularmente entre los sectores más humildes.

Algunas propuestas para profundizar el Modelo

El modelo instalado en nuestro país a partir del año 2003, reconoce sus orígenes en las tres banderas históricas del peronismo: justicia social, soberanía política e independencia económica.

Este, se adapta a las profundas transformaciones sociales y políticas que desde entonces conmovieron al mundo.

Dice nuestra Presidenta: “Profundizar el modelo implica seguir en la senda del crecimiento, trabajar en el desarrollo del mercado interno, tener una fuerte política en materia de exportación con valor agregado.”

Consideramos que la profundización de modelo encuentra su eje o fundamento en lo económico, pero supone una firme voluntad política que desborda ese campo para consolidarlo en la totalidad del espacio social y cultural.

Se deben acentuar la industrialización y el desarrollo de la obra pública.

Es necesario llegar a alcanzar, como un objetivo fundamental- a que el 50% del P.B.I se distribuya entre los trabajadores. Para ello es importante avanzar en la legislación referida al reparto de las ganancias.

En lo inmediato se deben articular mecanismos para controlar la fuga de capitales al exterior y, paralelamente, extender activamente el proceso de acumulación de reservas.

Se deben implementar una amplia reforma impositiva, acompañada por la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central y la restitución plena de la función del Banco Hipotecario Nacional en cuanto al otorgamiento de créditos para viviendas.

Es imprescindible recuperar el papel rector del Estado, incluida la ampliación de su poder de veto en empresas con participación del Estado.

El sostenimiento y extensión de la Asignación Universal por Hijo es otro logro que debe consolidarse.

Hay tres cuestiones interrelacionadas que hacen a la profundización del Modelo: (a) La preservación de los recursos naturales,

    (b) La distribución de la tierra,

    (c) La afirmación de la ocupación del espacio territorial.

Los sistemas de Salud, Educación, Transporte y Seguridad deben afirmar su condición de Políticas de Estado.

Se debe profundizar el papel de la UNASUR como el gran proyecto estratégico de la región.

Las transformaciones realizadas y las que están en vías de ejecución requieren la permanente evaluación de la correlación de fuerzas existente entre los que apuntamos a la consolidación del Modelo y aquellos sectores e intereses internos y externos ligados a un pasado argentino de decadencia.  

Todas estas consideraciones incluyen un objetivo fundamental: la recuperación de la dignidad que todo ser humano, por ser tal, merece alcanzar y que está en las más profundas tradiciones del pensamiento nacional y popular.

El Modelo se consolidará no solo con las grandes líneas estratégicas que se tracen desde la conducción política de la Nación, sino además, con la PARTICIPACIÓN activa de la militancia y de las mayorías que adhieren a estas transformaciones necesarias.